Viajamos por el tramo 1 de la Interoceánica Sur que une el puerto de San Juan de Marcona, en la desértica costa nasqueña, con la localidad de Muñapata, en Urcos, punto de acceso a los tramos 2 y 3 de esa Interoceánica que nos conducen hasta Iñapari, en Madre de Dios, la frontera con Brasil.

Quizá nos encontremos con una de las carreteras más biodiversas del mundo. A lo largo de casi 800 kilómetros atravesaremos el desierto costeño, áreas protegidas, valles interandinos y punas, nevados y la bella sierra andina. En ese recorrido, nos cruzaremos con pequeñas localidades de pastores, agricultores, comerciantes y artesanos, y capitales provinciales y departamentales como Nasca, Puquio, Chalhuanca, Abancay, Curahuasi y Cusco, donde encontraremos servicios bien implementados.

Hay muchas posibilidades de hacer este viaje. Nuestra propuesta es en dos días y una noche, con un primer tramo que une Nasca con Chalhuanca o Abancay, y un segundo día que nos lleva al Cusco. Cada uno de esos tramos, a su vez, tiene una serie de trayectos y rutas de escape que permitirán al viajero diseñar su trayecto de la forma más conveniente.

El tramo 1 de la Interoceánica Sur está concesionada a la empresa Survial SA de AENZA. Sus trabajos, que se van a prolongar por un total de 25 años, incluyen el mejoramiento y mantenimiento de la carretera, y la instalación de viajes y estaciones de pesaje, donde el viajero podrá encontrar toda la seguridad e información necesaria para que haga de su viaje toda una experiencia.

_{Trayecto 1}

San Juan de Marcona – Nasca

San Juan de Marcona es un buen destino para los amantes de la pesca, sobre todo la del lenguado. Sus playas, muchas de ellas salvajes, poseen una gran riqueza marina para pescadores y amantes de la naturaleza. Además, sus restaurantes rústicos ofrecen una excelente y fresca comida. Este es nuestro punto de inicio en este trayecto.

Para llegar a Nasca atravesaremos enormes pampas de arena, entre las que se ubica el peaje San Juan de Marcona, hasta conectarnos con la Panamericana Sur. De este punto hasta Nasca encontraremos varios de sus atractivos más interesantes, además de los geoglifos, como el desierto de Usaca, donde se puede practicar sandboard y areneros, la ciudadela de adobe más grande del mundo, Cahuachi, Estaquería y Duna Grande o Cerro Marcha , una enorme duna en la mitad de un desierto, que también es destino para la práctica del off road y los campamentos.

Nasca es el destino donde pasaremos la noche. Aprovecharemos para visitar el Museo Antonini, que posee una extraordinaria colección de tejidos y cerámicas de la cultura Nasca, y varios de los lugares mencionados, además de los acueductos que este pueblo desarrolló como forma de domesticar el duro y seco desierto.

_{Trayecto 2}

Nasca – Puquio

En este trayecto comenzamos la ascensión hacia la sierra por la denominada 'Subida del Borracho', debido a la cantidad de curvas que hay lo que exige un manejo del vehículo cuidadoso. A medida que ascendemos los paisajes se vuelven más bellos, el valle de Nasca es visible entre los cerros, las montañas son áridas y destaca, por encima de todo, la duna Cerro Blanco, la más alta de Sudamérica.

A la altura del kilómetro 43, en Hualhua, se encuentra el límite departamental entre Ica y Ayacucho ya la altura del kilómetro 77 se inicia la Reserva Nacional Pampa Galeras, una puna, de 21 kilómetros de largo, donde se concentra la mayor población de vicuñas del Perú.

Poco después comenzamos nuestro descenso hacia el valle de Lucanas, cuya capital, Puquio, aparece en la loma de una montaña como un espejismo, debido a la cantidad de calaminas que posee esta localidad. En Puquio destaca su iglesia, la tienda de productos naturales Huitco, ubicada en la Plaza de Armas, sus corridas de toros que se celebran en el coso Antonio Navarro y, quizás lo más representativo, los danzantes de tijeras.

_{Trayecto 3}

Puquio – Chalhuanca

En esta parte de nuestro viaje recorremos la zona más alta del tramo 1 de la Interoceánica Sur, la puna de Negro Mayo, ubicada en torno a los 4,200 metros sobre el nivel del mar. Tras dejar Puquio comenzamos una suave ascensión, en la que pasamos junto a un hermoso bosque de rocas, hacia esa parte alta, rica en alpacas y llamas, y donde varias lagunas que acogen a diferentes especies de aves, entre ellas las parihuanas.

Debido a la altura, y a pesar de ser una carretera con pocas curvas, el manejo debe realizarse con precaución. Nos cruzaremos con pequeñas comunidades de pastores antes de comenzar nuestro descenso hacia el valle de los ríos Chalhuanca y Pachachaca, en el departamento de Apurímac. Poco antes de ese descenso, pasaremos junto a Pilluni y un nuevo bosque de rocas con formas cónicas.

Ese valle, bajo, estrecho y caluroso, atraviesa algunas localidades ricas en vestigios arqueológicos, como Caraybamba, donde se encuentra una extensa andenería que cubre las laderas de los cerros. Nuestro destino final en este parte del viaje es Chalhuanca, punto medio del tramo 1 de la Interoceánica Sur y capital de la provincia de Aymaraes. En esa localidad destaca la iglesia colonial de Chuquinga, cuyas tejas aparecen adornadas y pintadas en el envés con diferentes iconografías, algo único en América.